Torreón no es cualquier ciudad. Es una ciudad nacida entre el polvo y el sol.
Aquí no crecimos rodeados de montañas verdes o de grandes lagos. Crecimos en el calor, entre calles largas, entre historias contadas en la banqueta. Y eso, aunque a veces lo olvidemos, nos hace diferentes.
Esta tierra nos enseñó desde siempre que nada se regala. Todo se gana con trabajo, con esfuerzo y con orgullo.
Quienes nacimos o vivimos aquí sabemos lo que cuesta salir adelante. Sabemos lo que es caminar bajo el sol de las tres de la tarde. Sabemos lo que es que el viento te llene de arena la cara. Y aún así, seguimos aquí.
Dicen que vencimos al desierto, y tienen razón, porque lo hicimos con comunidad. Lo hicimos juntos.
En esta ciudad, todos sabemos lo que significa levantarse una y otra vez. Y por eso cualquier lagunero puede decir con la frente en alto: un guerrero nunca muere.
Torreón, la ciudad de los grandes esfuerzos. Por su gente. Por su historia. Por su corazón.